Es una magia que se repite cada vez que coloco mi mat en el suelo. Es como un libro que se abre y tiene un nuevo cuento que me hará soñar, llorar, reír, confundir, rencontrar, soltar y fluir.
Cuando inicio la práctica el cuerpo es rígido, con la sensación que se retiene, no se quiere mover ni esforzar…y allí es cuando entra la respiración, con cada inhalación la energía inicia a fluir en todas las venas, músculos, tendones, articulaciones, huesos, sistema nervioso invadiendo mi mente que poco a poco con cada exhalación va soltando un pensamiento después otro, a veces ideas crueles e injustas hacia mi persona…y allí inicia el amor entre el cuerpo pranico y el cuerpo físico, entre la respiración y el movimiento. Es en este momento que experimento el vivir aquí y ahora, en la quietud de la mente que solo escucha la voz del espacio, del maestro que guía la clase o de mi maestra interior cuando práctico por mi cuenta. Aprendo a observar…confieso que a veces durante la práctica he llegado a desesperarme conmigo misma por falta de fuerza o flexibilidad…pero el tiempo enseña a ser amable y paciente con uno mismo, que con la arrogancia y el orgullo no se aprende nada útil. En más de una ocasión he llegado a lastimarme por querer entrar a fuerza en una asana; así que todo es un aprendizaje increíble, tu cuerpo y tu mente son como un jardín, vas sembrando, regando, cuidando y una día cuando menos te lo esperas florece todo el jardín y el aroma te embriaga…
La práctica habla mucho de ti, yo diría que observando la práctica de un alumno se puede entender mucho su forma de ser, de actuar y sus creencias más arraigadas…
La bondad de practicar yoga es que puedes entender tanta cosas de tu vida y resolverlas en el tapete, yo en mis experiencias he aceptado muchas cosas de mi persona y otras que no me gustaban la he transformado…
el miedo a un desafío, la pereza en ganas de hacer la cosas bien hechas, la ira en compasión, el sufrimiento en observación, el rencor en perdón, la frustración en paciencia, la debilidad en fuerza de voluntad…
Para mi yoga es libertad de respirar, moverme, sentirme, abrazarme, perdonarme y ser feliz .
Cada vez que abro mi tapete es un ritual, inicia un nuevo ciclo que termina con la muerte de uno mismo en el shavasana, momento de meditación profundo, que te prepara a un nuevo despertar.
Namaste
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